A Telefónica se le presenta un plan para deshacerse de la mayor parte de sus activos en Hispanoamérica y lograr así un negocio de al menos 10.000 millones de euros. Desde que la compañía anunció su pretensión de reducir presencia en ese continente, con la excepción de la parte brasileña, se han barajado distintas opciones, pero hay una que podría cumplir las expectativas de la multinacional. La oferta ha llegado desde Colombia en representación de un conjunto de empresarios latinoamericanos “muy potentes”.
Conocida la noticia, las acciones de Telefónica treparon ayer 2,7% en la Bolsa de Madrid, mientras que este martes estos papeles subían 0,2%.
Algunos de los principales multimillonarios de cada país, los únicos con capacidad para hacer una oferta a la compañía, se han reunido en un consorcio que propone crear un holding a nivel latinoamericano que integraría la unidad Telefónica HispAm, con una mayoría de accionariado local pero con parte de las acciones en manos de la empresa española, que no sería socia mayoritaria dentro de la nueva gestora.
El holding estaría representado en cada país por uno o dos de los distintos miembros del consorcio, grandes empresarios nacionales que pretenden quedarse con el 51% del negocio en cada una de las naciones agrupadas por Telefónica HispAm: Argentina, Chile, Venezuela, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Colombia, país éste desde donde se ha lanzado la oferta. El 49% restante se repartiría entre otros accionistas más pequeños y la propia Telefónica, que mantendría en torno a un 20 o un 25% de materializarse esta propuesta transnacional. De ese modo, Telefónica conseguiría una liquidez que se estima en “al menos 10.000 millones”, pero por otra parte no abandonaría la región, donde la presencia es estratégica ya no sólo para la empresa, sino también para el Estado.
Hasta ahora, la propuesta sólo se ha comunicado a la compañía en una primera toma de contacto, y las negociaciones se quedan de momento en acercamientos. Telefónica contrató a Morgan Stanley para la puesta en el mercado de su unidad americana, escindida recientemente como spin off independiente. Por parte del consorcio, se ha contratado a la filial colombiana del despacho Cremades & Calvo Sotelo, responsable de estructurarlo y entablar las conversaciones con Telefónica.
La oferta surgida desde Colombia todavía no ha sido estudiada al detalle por la multinacional. Un portavoz de Telefónica niega a este diario de manera oficial que haya constancia en la compañía de la oferta; sea cual fuere la decisión al respecto, la unidad latinoamericana protagonizará seguro noticias próximamente. Telefónica se prepara para comunicar sus resultados financieros correspondientes a 2019, y la rama HispAm está abierta a todo tipo de operaciones a fin de reducir la exposición de la compañía en esa área geográfica, que ha venido lastrando las cuentas financieras en los últimos tiempos. Precisamente pocas horas antes de la presentación de resultados de 2018, Telefónica anunció la venta de sus filiales en Nicaragua, Costa Rica y Panamá, y menos de un mes antes había comunicado la de Guatemala y El Salvador. La escisión de Telefónica HispAm completa el proceso de desvinculación con esa área.
La nueva Teléfonica, menos latina
El pasado mes de noviembre, José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo, admitía que, aunque “la mayor parte” de su propia carrera se había desarrollado en Latinoamérica, “las condiciones particulares en estos mercados han impactado en la evolución” de los negocios de la empresa, “mermando su contribución en los últimos años por distintos motivos (entorno macro y regulatorio, mayor presión competitiva, una escala insuficiente o la volatilidad de las divisas)”. Por ello, Telefónica ha llevado a cabo un spin off de esos negocios, un desgajamiento como unidad autónoma para Argentina, Chile, Venezuela, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Colombia. Alfonso Gómez, CEO de Telefónica HispAm, depende en la nueva estructura de Laura Abasolo, que preside esa unidad además de ejercer de directora de Finanzas y Control del Grupo Telefónica (CFCO).
Hispanoamérica ha dejado de considerarse una geografía prioritaria para la empresa, que ya asume suficientes retos en el ámbito europeo. El sector de las telecomunicaciones es, de hecho, el que peor comportamiento bursátil ha experimentado en el continente durante 2019: el negocio atraviesa una fase deflacionaria, compite con los gigantes tecnológicos estadounidenses y además afronta inversiones millonarias de cara al despliegue del 5G, el nuevo estándar de comunicaciones móviles. En este escenario, las telcos han procedido a desprenderse de activos, sobre todo infraestructuras, y centrarse en el núcleo de su negocio.
Telefónica en concreto se ha focalizado en España, Reino Unido, Alemania y Brasil, un país donde, a diferencia de los de su entorno, la empresa sí consigue ser rentable. Por el contrario, la multinacional se ha replegado en el resto de Latinoamérica, a pesar de las vinculaciones con la zona desde hace ya 30 años.
La empresa cerró el año 2018 con una deuda de 41.785 millones de euros, si bien durante la etapa de Álvarez-Pallete se ha aliviado considerablemente. La oferta lanzada desde Colombia permitiría rebajar notablemente esos compromisos, gracias a los 10.000 millones de euros que podría ingresar Telefónica con la operación. La exposición de la telcos en el territorio se moderaría, pero no desaparecería, y la unidad escindida podría salir a Bolsa en Hispanoamérica, desvinculada del parqué de Madrid.
Las filiales alemana y brasileña de Telefónica son a día de hoy las únicas que cotizan en Bolsa, además de la matriz española. Aquí, la acción se dejó un 10% de su valor durante 2019, la cuarta bajada más pronunciada de todo el Ibex. Actualmente, los títulos cotizan a 6,15 euros.